¿Una nueva era de financiamiento? / A fuego lento
A partir de las reformas electorales de 2014, trascendió la apertura a un nuevo tipo de democracia, la democracia en la cual se encuentran vinculados actores independientes con derecho a conseguir el voto, una nueva distribución de los recursos de los partidos políticos, los OPLE´s, etc. Sin embargo, a partir de esta reforma se han gestado una serie de movimientos para conformar una nueva ingeniería o alquimia electoral que por consecuencia tiene su aplicación fundamental en la elección federal del 2018.
Algunas de ideas planteadas por candidatos independientes, ante la carencia de recursos públicos para costear sus actividades, han venido a revolucionar la forma de pensar del financiamiento a los partidos políticos, llevando con ello a generar una crítica general sobre los recursos que reciben los partidos políticos por parte del Estado a través del Organismo Autónomo que organiza la democracia en México.
Al Consultar la historia, en el año en que nací (1977) se creó la primera legislación de carácter electoral, conocida como LOPPE Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales, por lo tanto debemos considerar que nuestra democracia cuenta con apenas 40 años de vida real. Durante estos años de vida, elección tras elección hemos creído descubrir el hilo negro y lógicamente se han llevado a cabo una serie de reformas tanto a la legislación electoral, como al origen de ella que es el artículo 41 de la misma Constitución.
Una de las reformas más importantes, que considero la de mayor trascendencia, fue la que se llevó a cabo en el año 1991 en donde por primera vez se concede otorgar financiamiento público a los partidos políticos, pero posterior a ello en el año 1996 se le otorgó autonomía al Instituto Federal Electoral y como consecuencia de ello, fue el organismo que debía llevar a cabo una nueva repartición en el gasto de los partidos políticos en tres grandes rubros actividades ordinarias permanentes, gastos de campaña y actividades específicas, además de ello, los partidos políticos podían obtener recursos por ingresos de recursos de los militantes, simpatizantes, autofinanciamiento y rendimientos financieros.
No omito mencionar, el trabajo legislativo y de modificación que ha llevado a que la autoridad electoral cuente con los órganos de fiscalización de recursos necesarios para auditar las actividades de los propios partidos políticos. Aquí cabe perfectamente el dicho que reza que “la burra no era arisca, la hicieron”, esto gracias a asuntos como #AmigosdeFoxgate, #Pemexgate y #Monexgate por citar a algunos anecdóticos.
La pregunta a formular es ¿cuánto duró la lucha para que existiera el financiamiento público a los partidos políticos?, como bien se los describo, el sistema democrático tiene a la fecha mi propia edad, pero tendríamos que buscar a grandes líderes de la oposición que tuvieron que luchar en contra del régimen que dominaba en ese tiempo tanto el gobierno federal como la integración de las cámaras, entre ellos a Don Heberto Castillo, Rafael Aguilar Talamantes, Carlos Castillo Peraza, Porfirio Muñoz Ledo, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, etc.
Estos personajes, a la fecha vivos algunos, serían los únicos que pudieran describir y narrar lo que era enfrentar elecciones en contra del régimen de 60 años y con el poder en la mano, es decir, no existía la equidad en la contienda, pues cada partido político participaba en las elecciones con sus propios recursos, fueran obtenidos de una forma lícita o bien fuesen obtenidos de una forma ilícita, sin dejar de pensar en los corporativos con los cuales contaba el partido en el poder (PRI) como serían los sindicatos, las centrales obreras, las centrales campesinas y el comercio informal.
El día de hoy, se sostiene una batalla mediática con el fin específico de retirar el financiamiento público que se les entrega a los partidos políticos, justificándola con el hecho de que existe un dispendio exagerado de recursos, sin embargo la evaluación de los daños que han llevado a cabo las personas de la sociedad civil y las personas que apoyan a los independientes han dejado de valorar múltiples escenarios que lejos de abonar a una perfectible democracia, generarían un retroceso de 40 años a nuestra vida como país. Es importante verificar el contexto en el cual mediáticamente se ha desarrollado este tema en los últimos días, pues desde la sociedad se está obligando a que los recursos que reciben los partidos políticos sean reencauzados a los damnificados por los desastres naturales, en los cuales se ha visto envuelto el país.
Debemos reflexionar lo siguiente antes de tomar una decisión drástica respecto del financiamiento público de las instituciones partdistas:
-Los Partidos Políticos son parte de la Economía, son parte del circulante diario ya que se pagan servicios como luz, Agua, Teléfono, Etc. Se contrata personal y se pagan sueldos con los cuales se mantienen familias, se pagan rentas.
-Se debe de exigir por parte de la sociedad civil, contar con partidos políticos más austeros y ubicar perfectamente el dispendio de gastos en publicidad.
-Se debe exigir a todos y cada uno de los medios de comunicación generar una congruencia entre lo que promueven y lo que hacen, es decir, que sean transparentes en la recepción de contratos y hagan públicos todos y cada uno de los gastos que les son pagados, tanto por los partidos políticos como por las autoridades electorales.
-Se debe visualizar los orígenes del financiamiento público, para garantizar la equidad en las contiendas electorales, para ello se debería de dotar de facultades al órgano electoral para poder llevar adquisiciones específicas de los partidos políticos, tal y como sucede con los medios de comunicación.
-Debemos establecer mecanismos de vigilancia de los recursos de partidos políticos, para evitar narco candidatos, candidatos del gobierno en turno, candidatos de televisa y tv azteca.
-Además, técnicamente el hecho de imponer recurso público en las cuentas de los partidos políticos generaría una auditoría obligatoria de todo lo que se ingresa en las arcas de ellos.
Por último, al fin del día este tema fue relacionado con la representatividad de las diversas fuerzas políticas en ambas cámaras del congreso de la unión, esto derivado de la agenda política instituida por el PRI, sin embargo esa agenda populista no debe mezclarse, pues un tema son los desastres naturales y otro tema completamente diferente es el gasto de los recursos públicos por parte de los Partidos Políticos.